martes, 11 de noviembre de 2008

Zacarías: el joven profeta


ZACARIAS


520 A. de C.


En Jerusalén


Probablemente seria un privilegio estar al lado del profeta Hageo, en su misión y proclamar con las fuerzas con que el lo hacia. Logrando que su pueblo respondiera a una difícil tarea. En estos días duros de 520 a 516 a. C., Zacarías probo que tenia valentía en esta misión. Su entusiasmo apasionado por la terminación del templo, fue una poderosa apelación a los suyos, para llevarlos a terminar la obra.



LA EPOCA


Zacarías había vivido en una época donde el Darío El Grande llego al trono tras la muerte de Canbyses en 521 a. C. El cual tenía muchos problemas… el pueblo de Judá estaba sufriendo las consecuencias de esto. Era contemporáneo de Hageo y fue el segundo en escribir luego del exilio. Estos dos profetas ejercieron su ministerio al mismo tiempo (léase Esdras 5:1; 6:14). Hageo había llegado anteriormente y saco a las personas de sus temores, exhortándolas a que se reconstruyera la Casa del Señor. Pero ya estaba viejo y se necesitaba de una voz mas joven que reanimara, para la terminación de la obra comenzada. Y gracias a sus esfuerzos la obra llego a terminarse en una época difícil, hasta el 516 a. C. fecha donde termino la constricción.


EL HOMBRE


El nombre de Zacarías, tiene en hebreo el hermoso significado de "Dios se acuerda", o "el recordado de Dios", es decir que su sola enunciación significaba un acto de fe en el Dios vivo. Posiblemente nació en el destierro de los judíos. Y cuando era aun joven, regreso con los repatriados, bajo la dirección divina, con la tarea explicita de ayudar con su predicación y su presencia a los constructores. De manera que Zacarías fue profeta y sacerdote de la tribu de Levi (Neh. 12:16), con un celo que se alaba en Esdr. 6, 14, "tomando como punto de partida el estado de aflicción en que se hallaba entonces Jerusalén... anima, consuela, exhorta, mostrando el porvenir brillante reservado a Israel y las bendiciones abundantes que se unirán a la restauración del Santuario de Yahvéh" (Fillion),…Dios había llamado y ya era hora de comenzar a predicar.


A diferencia de los profetas anteriores no condeno, ni censuro al pueblo. Con colores vivos y clara imaginación, pinta la intervención de Dios fortaleciendo y auxiliando a los suyos. Las palabras inspiradoras fluyen libremente de sus labios. Sus esperanzas de un reino, descansan en los pilares de la fe, de si mismo y de su pueblo, así como en el fiel cumplimiento de los deseos divinos. La obediencia traerá consigo las bendiciones prometidas.


Herrell comenta: “los oráculos de Zacarías, lo revelan como un personaje simpático y atractivo. Estaba empapado de la enseñanza de los profetas anteriores a él y su espíritu se había bañado en la enseñanza de ellos. En su calidad como enviado de Dios, cumplió con fidelidad su misión delante de su pueblo. Ninguno de los profetas menores escribió tanto como el. Manifiesta una gran afición por las visiones y los símbolos, los cuales parece que acudían en tropel (a escuchar sus mensajes). Sus ideas son, en lo general, simples y practicas.”[1]








[1]Adaptado de: Yates, Kyle M. Los Profetas del Antiguo Testamento, Casa Bautista de Publicaciones, USA. 1985.



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